por Greta Ocaña
Fausto Casanova tiene 25 años y comenzó a formarse en Comunicación Social en 2017. Es oriundo de la Línea Sur de Río Negro, precisamente de la ciudad de Ingeniero Jacobacci. Si bien llegó a General Roca sin saber qué iba a estudiar, no se arrepiente de su decisión y afirma: “Hoy encuentro a un hombre con más confianza, mucho más armado de conocimiento, que no tira ideas al voleo sólo por opinar”.
Es locutor y productor en el diario Río Negro, además de ser redactor para la sección de Tendencias. En las mañanas trabaja en un streaming informativo de 7 a 9. “La carrera te hace entender cuestiones que te llevan a hacer un análisis mucho más profundo de lo que puede hacer alguien que no estudió Comunicación Social pero que sí trabaja en los medios. Desde ese lado agradezco siempre el paso por la universidad, sobre todo la universidad pública”, reflexionó.
Sobre la articulación entre su vida profesional y académica confesó que al principio le costaba comprender de qué le iban a servir, o qué estaba aprendiendo en materias que se le dificultaban. Sin embargo, tiempo después entendió el “sustento teórico tremendo que te dan para después analizar todo lo que pasa, no sólo de la comunicación sino de cualquier otro ámbito”. Sobre el plan de estudio de la carrera acotó: “materias como antropología, sociología o economía política de la comunicación te ayudan a comprender lo complejo que es el ámbito comunicacional. Lo complejo que es el lugar donde laburamos. Todas las estructuras jerárquicas que hay. En ese sentido yo hago un balance de que todas las materias me sirvieron, no hay una que la haya cursado al pedo”.
Lo personal y lo laboral: El doble impacto transformador de la universidad
Para Fausto una de las cosas más valiosas que se lleva de la universidad y puntualmente del paso por la carrera de Comunicación es el pensamiento crítico: “El saber crítico es la clave que te da la universidad pública, que no te lo da el colegio y no se si te lo dan las universidades privadas”.
Comenta que entre aquella persona que entró en 2017 y la que es hoy en día no encuentra muchas diferencias: “sí encuentro más confianza, encuentro un hombre mucho más armado de conocimiento, que no tira ideas al voleo por opinar. En el programa de radio que hago si no hay nada que preguntar no pregunto, sé que los silencios son también muy importantes”.
También hace énfasis en la radio como un lugar donde no sólo se habla sino que se escucha y respeta al otro: “Sé que hay que valorar la opinión de todos. Quizás uno viene con una idea muy mínima de lo que es hacer radio o trabajar en medios y se va de la universidad sabiendo que hay mucha responsabilidad con la información, entonces esa es otra clave que me enseñó la universidad: ser responsable con lo que publicamos y con lo que decimos porque del otro lado hay alguien que nos está escuchando atentamente. Quieras o no siempre va a haber alguien que nos va a estar escuchando y que además va a tener su opinión”.
Tres de las enseñanzas más valiosas que Fausto se lleva de su paso por la carrera se resumen en “respetar la pluralidad de voces, saber que estamos informando y ser responsables a la hora de informar”.
Comunicar siempre fue lo mío
¿Por qué la elección de estudiar Comunicación Social? “Tiene que ver con ir a lo que uno sabe hacer, a lo que uno confía en que tiene una habilidad y a lo que uno siente que es más afín a su personalidad. Yo tenía que elegir una carrera ese año y terminé eligiendo dos: durante 4 años hice a la par la licenciatura en Música Popular y después la tuve que dejar porque me puse a trabajar en periodismo que es donde me fue bien.”, afirmó. La decisión de estudiar esta carrera era cuestión de tiempo: “La comunicación era lo que más cerca tenía en todo sentido, siento que de chico me daba para esto aunque nunca haya hecho un test vocacional o tenido materias relacionadas a eso. Pero sabía que era lo más cercano a mí. La mayoría me decía que daba para esta carrera, entonces me anoté y le mandé». Pero además consideró que «Más allá de que uno pueda o no tener habilidades comunicativas, la Universidad lo que hace es potenciarte y engrosar todo ese conocimiento que vos tenés, darle base, darle sustento, darle argumento.”
Por el pancho y la gaseosa… y la emancipación
Como muchos estudiantes, Fausto empezó a trabajar y adquirir experiencia tempranamente: “Mis viejos venían bancando a mi hermana que estaba estudiando acá, era darle continuidad al proyecto de inversión de mi hermana y después apostar a que yo también pueda estudiar. Sin embargo yo al segundo año de la carrera empecé a buscar algunas changas porque sabía que no daba la guita para todos”. Comenta que esta es una política de vida que decidieron entre hermanos para “darle una mano a sus viejos”. “Laburemos, consigamos un trabajo porque no es barato estar acá, alquilar y demás”, fue la forma de pensar que ambos hermanos mantuvieron mientras estudiaban.
“Empecé a cubrir canchas de fútbol. Con unos compañeros nos dieron unos laburos por 2 mangos con 50. Íbamos por el pancho y la gaseosa. Primero porque nos gustaba el fútbol y segundo porque íbamos a conseguir experiencia, contactos y lo que todos te dicen. Así empezamos a trabajar. Y después pasé por otros lugares, pero más que nada para poder mantenerme acá, yo no me quería volver -a Jacobacci- porque sabía que iba a perder todo. Allá no iba a estudiar y a mi me gusta formarme en lo que hago, entonces el trabajo fue fundamental para poder sostenerme acá en Roca y poder seguir estudiando”.
Una mirada (auto)crítica sobre la política e ideales políticos
Respecto a su paso por agrupaciones militantes y posiciones en torno a la política en la universidad, Fausto recordó: “Cuando llegué lo primero que me dijeron es ‘no te metas en el centro de estudiantes’, y un poco hice caso a eso, pero más que nada porque sentía muy politizadas las organizaciones, y no sentía que yo fuese parte. Dentro de mi personalidad siempre ha estado esto de ser objetivo -aunque casi nunca se logre porque somos subjetivos-. Me pasaba que encontraba mucho partidario de afuera y no de los problemas reales de la universidad”.
Pero por otro lado, también reconoce haber abierto su mente y aceptar diferentes ideas que no se condicen con sus propios ideales: “Creo que me formé más en el paso por la carrera y pude ser mucho más crítico respecto a mi mirada de la política. Aunque ya venía con una idea de entender un modelo económico, un modelo político y tener afinidad con ciertos modelos, la facultad me dio la posibilidad de no ser un termo básicamente”. Dentro de la facultad se pueden encontrar pluralidad de voces, agrupaciones y movimientos, por lo que el periodista confiesa que tomó un poco de cada uno, siendo flexible y sin cerrarse a una sola ideología: “Sí pasé por muchos pensamientos en la carrera de decir más de izquierda menos de izquierda -nunca de derecha obviamente-. Pero pasé por todos esos lados y ahora encuentro mi opinión sabiendo criticar a la mayoría incluso cuando hacen las cosas bien quienes yo considero que no están en mis ideales. Trato de reconocer qué está bien entendiendo qué hacen mal las otras agrupaciones u los otros partidos políticos.”









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