Por Martina Marín
Para Daniel Quilodrán la universidad fue un espacio que le hizo sentir mucha comodidad porque “no es solamente un lugar a donde ir a estudiar sino que es un mundo de cosas que uno descubre, se descubre a sí mismo”, comentó. “Me ayudó a encontrarme a mí mismo y a sentirme cómodo, lo viví como un área totalmente libre de prejuicios”, dice. Si bien esto contribuyó a moldear su carácter y personalidad lo que terminó de definirlo fue el contacto con el mundo laboral, las personas que entrevistó y la política.
Aun cuando hubo varios momentos en su vida que fueron quiebres, el más importante fue ingresar a la Fadecs: “fue un antes y un después”, señala. Su paso por la universidad lo ayudó a dejar a un lado su timidez gracias a las personas que conoció y a “la posibilidad de poder proyectar y de tener las herramientas para poder construir un futuro”, dijo.
Daniel Quilodrán es oriundo de Villa Regina y en 2024 se recibió de Licenciado en Comunicación Social con orientación en Periodismo. Con la ayuda de su madre pudo solventar los gastos que conllevaba viajar todos los días desde Villa Regina hasta General Roca. Cansado de la rutina de viajar en colectivo hasta la universidad pidió una beca de residencia a la provincia de Río Negro por lo que estuvo viviendo en Roca un año y medio hasta la pandemia. “Si bien era una cuota mínima, igual el vivir solo en otra ciudad insume otros recursos”. Como consecuencia de la cuarentena volvió a su ciudad natal lo cual ayudó a reducir gastos económicos. En el último período de cursada ya se encontraba viviendo en General Roca y tenía una pasantía en el diario Río Negro.
Aunque vivir solo es una experiencia por la que todos atraviesan tarde o temprano, la idea de abandonar la carrera estuvo presente en Daniel: “fue un año muy particular para mí, no solo por la mudanza sino por cambios personales y afectivos”. Pero su convicción y gusto por la comunicación fue más fuerte y decidió quedarse: “me dije a mí mismo que yo había elegido esto incluso antes de terminar el secundario cuando tenía 15 años”, dijo orgulloso por la elección que había tomado.
Con una sonrisa en la cara comentó que se le vino a la mente un recuerdo de su época en la secundaria, cuando un docente que también pasó por los pasillos de la Fadecs, pero en la carrera de Abogacía, le preguntó “¿Por qué vas a estudiar esto? Te vas a cagar de hambre”, entre risas Daniel dijo que su profesor “tal vez un poco de razón tenía pero uno lo hace porque le gusta, le apasiona”. Rememorando a profesores, esta vez de la carrera de Comunicación Social, Daniel dijo que se llevó el recuerdo de Alejandro Rost y Fabián Bergero “me llevo la parte periodística y esa pasión por el periodismo de Ale y Fabi”. Además otro profesor que tiene muy presente es Julio Monasterio, “me maravilla y me encanta la profundidad de desarrollo del contenido y de los temas que tiene”. También remarcó una particularidad de la carrera de Comunicación y ésta es el personal docente diciendo que “son unos genios en lo que se han especializado pero además a nivel personal son muy buenos”.
Ante la pregunta de pensar qué es lo que comparten los estudiantes de Comunicación, Daniel lo tuvo muy en claro, “para estudiar Comunicación hay algo que se te tiene que dar, que es ese interés por algo más, por lo desconocido, ese interrogante y búsqueda de muchas verdades”.
Su experiencia como pasante duró un año, luego pasó al equipo de digital donde estuvo un año y diez meses trabajando como portadista, acomodando las notas y haciendo periodismo de último momento. Actualmente integra la redacción del diario Río Negro en el equipo de región donde específicamente se avoca a escribir sobre economía y política pero siente que el camino no se terminó allí: “me defino como periodista, comunicador, licenciado pero al mismo tiempo no me limito a eso y creo que tal vez puedo abrirme a nuevas áreas dentro del mundo de la comunicación, siento que soy eso pero puedo ser mucho más”.









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